martes, 11 de mayo de 2010

Es totalmente cierto,

Lo que dice Namae aquí, es absolutamente cierto.
Y sí, vale, admito, que, debido a la mala imagen (en demasiadas ocasiones, merecida) de la que consta nuestra generación, y sobretodo en lo tangente a la cultura y el arte, que se puedan sorprender, y desconfíen en primera instancia de unos púberes individuos que entran solos y por voluntad propia a un museo de arte moderno.
Pero de ahí, a que nos sigan como ninjas; tras comprobar en repetidas salas, que, aunque podamos compartir en alto las más necias (pero sincerísimas) impresiones sobre lo allí expuesto, no vamos a romper, quemar, deteriorar, robar o si quiera insultar ninguno de los objetos que en ése lugar se encuentran.

Y leñe, si yo me acuerdo de la cara del guardián, él, debe de acordarse también de la mía, porque, podrán decir que no; pero estoy prácticamente segura, que somos los únicos que nos pasamos eventualmente por allí; sin contar, obviamente, las posibles excursiones que realicen los centros cercanos.

Aunque, he de admitir también, que el hecho de que nos persigan ninjas por el museo, más que incomodarme, me divierte.

¡Y lo de que son ninjas va en serio!
Es difícil de explicar, pero en un momento dado, realizaron (dos guardas, paralelamente y al mismo tiempo); una finta con motivo de cambiar de sentido al acercarse a nosotros y mirarnos por encima del hombro.

Y después de tanta verborrea, voy y suelto un:
FLIPA.

~¡A cuiarse!

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