jueves, 2 de junio de 2011

De ésta aprendo...

... y tendré mucho tiempo para excarmentar.

A todo el mundo le comento entusiasmadísima que voy a poder ir a un superconciertaco en París, pero creo que nadie sabe el periplo que he tenido que pasar, y lo que queda.

Cuando no conseguí entrada mediante las páginas oficiales (las cuales, hablando mal y claro, funcionaron como el culo) y ver el precio en el resto, pensé que no iría.
"Con el el tirón que tuvo, seguro que hacen otro".
Pero mi prima se compró su entrada de todas formas, y me vi, casi entre la espada y la pared: yo quería ir, pero sabía que pagar eso era una locura; mi padre me decía que sí que estaba loca, porque le había comprado una entrada a mi prima para ir sola, mi hermano echándome cosas en cara... total, entre una amalgama de nerviosismo y confusión, al final compré las entradas.

Si tan sólo me hubiera estallado la pasta en eso, no estaría tan mal.
El problema ha sido que por culpa de que las fechas de los exámenes de certificación las dicen cuando les da la gana, no podía comprar ningún pasaje de avión, o reservar un hotel.
Hoy, a días dos de junio y a nueve días del concierto, hasta irme a Melenara a tomar el aire me sale un pastón (¿Quizás rondará sobre los 600 pavos/cabeza?).
Pastón por el que me siento mal, no ya sólo por el hecho de dinero, en sí, que bueno, tampoco tenía pensado gastarlo de alguna otra forma en particular; sino porque obligo a mis padres o a mi tía (que me hace el grandísimo favor de no cortarme la cabeza dadas las circunstancias, y que nos acompaña) a pagar también una parte.

En definitiva, no quiero amargarme la existencia ahora, porque ya que me está constando un riñón casi literalmente, tendré que disfrutarlo por lo menos.
Eso sí, de ésta aprendo. He aprendido muchísimo sobre las responsabilidades, lo que vale el dinero realmente (y la angustia que supone deberlo), que no debo dejarme ir ni por opiniones ajenas (aunque sí escucharlas) ni por el nerviosismo o la excitación, y sobre todo, el valor de la confianza que tienen mis padres en mí.
Sé que no podré hacer nada parecido a esto (de hecho, creo que decir 'concierto' en mi casa, ya es tabú) hasta que esté en cuarto de carrera (que son qué... ¿cinco añitos de nada? ¿hasta los 22-23?).
Pero bueno. Eso es lo que hay.
A lo hecho, pecho, y soy una persona que cree realmente en ese dicho.

Nota mental para mi yo de un futuro:
Tómate las cosas con calma, piénsalo bien antes de hacer nada. Piensa en la consecuencias, y piensa sobre todo a quién más afectan.


~¡A cuiarse!
Por un momento, he sentido como si estuviera escribiendo una carta para la Pronto, esas que nadie lee salvo que esté en el baño, y se haya leído al derecho y al revés el resto de la revista...
Por cierto. Como de costumbre, tengo que estudiar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario