viernes, 21 de octubre de 2011

No vas a leerte esto, y lo sé. Es demasiado largo.

He encontrado en uno de los tantos tarifarios llenos de porquerías mías que guarda mi madre, un texto que escribí en 4º de la ESO. La idea con la que me lo mandaron hacer, era que escribiera una experiencia personal. La profesora me caía mal, y yo nunca he sido de esas que se sinceran a la primera de cambio, así que hice una experiencia personal, sobre hacer la experiencia personal (Y eso que inception aún no había salido por esa época).
La cosa es, que el tiro me salió totalmente por la culata: no queriendo decir nada de mí, lo dije todo.

Transcribo el texto:
"Estábamos en la cocina, cada uno tirando por su lado, con presteza, tras haber engullido de un solo trago el desayuno. Mi madre, que por aquel entonces era exactamente igual a hoy en día (es una de esas mujeres que nunca cambian, por mucho que se marchiten), hacía largo rato que había salido de casa, muerta de frío y encaminándose al trabajo; así que me tragué la pregunta que había estad quemándome la lengua desde hacía varios días.

Puse mala cara, como siempre, apenas sin ser consciente de ello, y seguí desayunando. Para suplir la falta de consejo por parte de mi madre, le pregunté a mi hermano:
-Oye, ¿y tú qué harías?
-¿Con qué? -él ya está acostumbrado a que suelte las cosas así, como si todo el mundo pudiera seguir mi pensamiento y saber de qué estoy hablando.
-Pues con lo de lengua, claro. Tengo que escribir una maldita experiencia personal para el lunes. ¿Por qué se empeñan en éstas cosas? Gracias a Dios, puede ser inventada, y no tengo que esforzarme en plasmar una mentira creíble. No tengo por qué contarle a nadie la parte más ínfima de mi vida si no me da la gana.
-Venga, anda, relájate; que te ofuscas enseguida. Es el colegio, así que te toca aguantarte, por no decir algo más feo, que luego la profesora puede ofenderse. Es parte de la educación, ahí te preparan para tu futuro jefe; un jefe que seguramente te mandará los objetivos más absurdos que te puedas imaginar, pero del que dependes para tener tu querida república independiente de tu casa a gusto. Además, ¿no has dicho que te lo puedes inventar? Pues dale. -Yo no estaba del todo segura, así que desvíe la mirada hacia el fondo de la taza, donde se concentraba el negro Colacao. Y sí, he puesto un epíteto, porque quiero seguir con la comparación "tan negro como se me hacía el día que acababa de empezar"- Pregúntale a mami cuando llegue, pero te dirá lo mismo y lo sabes.

Y de hecho, lo sabía. Así que a la vuelta del colegio, y siguiendo mi rutina, leí un rato, buscando despejarme; encendí el ordenador y, tras gansear un rato por los site que suelo visitar, fui a Youtube, puse la Nocturne no. 09 de Chopin, y me puse a escribir. Sin preguntarle a ella.
No sabía qué escribir, así que fui probando. Normalmente, cuando escribo algo en el ordenador, lo he madurado como mínimo un día (aunque madurar aquí sea un eufemismo para "he estado por lo menos un día intentando tener una mejor idea que esta porquería que se me acaba de ocurrir"). Suelo tener algún que otro papel lleno de garabatos, que si alguien se molestase en leer, tras la gran dificultad de descifrar la letra, se encontraría con cosas como "no, eso no, cacho cajne", "Daïa ya sabía todo eso, así que la reacción de Kaín cuando le alcanza la flecha no puede ser esa, pregúntale a cualquiera" o "acuérdate de buscarlo en el diccionario. Y míralo en el de inglés también."
Casi siempre, he de admitir, está manchado de Colacao, pues acostumbro a ponerme a hacer ése tipo de cosas en el desayuno o la cena. Y siempre está la malvada mancha de Colacao en la mesa, ésa que se produjo al echarte la última cucharada, y que no es feliz sin completar el propósito de su existencia, que es, cómo no, pringarte algo.
Así que pensé (de manera poco original o lúcida, he de admitir) "¡Hey! ¿Por qué no lo haces sobre la propia experiencia personal? Un texto autorreferente. Para que quede bien hay que tener arte, pero qué diablos, estás en cuarto de la ESO, no presentándote al premio de Barco de Vapor." Y así lo hice.
¿Debería preguntarle al profesor Don F. Sancho si es una conducta inteligente...?"

Hay partes no muy bien escritas, pero en general, yo creo que me quedó bien. Igual no fue la mejor experiencia personal, pero la más original lo fue.

~¡A cuiarse!
Me he acordado de este texto, porque una de las actividades alternativas para Literatura, es escribir un retrato (no sólo físico, obviamente) en verso. Igual lo intento, ¡a ver que diablos sale!
P.D.: Si has llegado (¡leyendo, nada de trampas!) hasta aquí, te lo dedico: Pica aquí.

2 comentarios:

  1. Ey! pos yo me lo leí entero (no tengo mucha vida tampoco D:)

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  2. Pues como tu profe de Lengua de 3º y que acaba de reencontrar tu blog LO HE DISFRUTADO MUCHÍSIMO .... me alegra mucho que sigas siendo tú XD besotes

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