lunes, 14 de diciembre de 2009

Cólera es poco

(Un poco radical, pero... ¿qué cojones?)

Vengo echando pestes, y decir éso es poco.

Para exponer los hechos brevemente, y no envenenarme aún más, intentaré ser concisa y evitar en medida lo posible los adjetivos despectivos, peyorativos, palabras extremadamente mal sonantes y esa parafernalia. En medida de lo posible.

Empiezo.
El profesor de historia es GILIPOLLAS, y no lo pongo en carmesí para evitar daños en la retina del lector. Hacía tiempo que ya lo sospechaba, creo que lo he comentado. Pero desde luego, dentro de su increiblemente aniñada (y de niño malcriado, claro. Como burgués que es.) actitud, no me esperaba algo como ésto.
Teníamos examen el día 21, último día de curso. Sí, es una putada tener exámenes en esa fecha, pero es preferible a tener que hacerlo en enero. Pues bien, ha decido cambiarlo. ¿por qué? porque NO SABE SI hay fiesta o no. La solución parecía clara, y se lo dije. ¿Por qué no pregunta, y si hay fiesta, lo cambia? Pues no. No va a preguntar. Tras insistirle bastante, porque parece ser que no nos merecíamos una explicación (al fin y al cabo él es profesor ¿no? Un ser todo poderoso al que nosotros tenemos que seguir incondicionalmente. ¿Por qué iba a tener que explicarnos algo? Nótese la ironía.) acabó soltando por esa impúdica 'boca' (llamémoslo así, a falta de algo mejor. ¿ideas?) que él no iba a preguntarle al jefe de estudios algo por lo que se había tenido que enterar mediante un alumno. Por orgullo. Así que era eso. Cuestión de orgullo. En ése momento, juro, y lo digo en serio, que creí explotar. Me tuve que poner colorá, como mínimo.
Porque vamos a ver, la primera que admite que NO haría ciertas cosas por puro orgullo soy yo. Pero hay que saber disociar entre lo que puedes hacer en tu faceta como profesor, y lo que no.
NO puedes anteponer tu orgullo a la gran responsabilidad que supone el poder de tener la capacidad de desfavorecer la vida de otras veintiséis personas. NO es maduro.
Y encima, éste personaje, zanjado (porque no me dejaba seguir insistiendo, más que otra cosa) una vez el tema, y discutiendo sobre la pena de muerte (sobre la que pienso, por cierto, que es totalmente aceptable el aplicarla, dentro de unas condiciones), tiene la increíble desfachatez de decirme que no soy lo suficientemente madura como para plantearme un tema de éste tipo.
Mira, anormal de mierda (u oligofrénico anal, dispuestos a seguir con la verborrea), no me jodas. Que no eres el más indicado para hablarme ni a mí ni a nadie, de madurez.
*Lo que venía a continuación ha sido censurado*

Algo parecido a ésto escupí nada más entrar por la puerta de casa, pero mucho más bonito (hay que ver lo que adornan los detalles versados en temas escatófagos ¿eh? ;3)
Y mis padres no se quejaron. Joder, qué miedo.

Mañana hablaré con el tutor, a ver si me propone alguna solución. Si no, está decidifo. Éste individuo ha dejado de existir para mí como tal. Lo tengo más que claro. Así me cueste otra sanción en mi historial. Qué problema.

~¡A cuiarse!
Me duele la garganta de gritar, ñains xDDD
Debería enfadarme seriamente con más frecuencia. Con la bobería, he escrito una barbarie.

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